
Paula González, directora mapuche: “Uso el teatro para visibilizar y denunciar la violencia hacia nuestro pueblo”
Este 29 de marzo en el Teatro de la UC la compañía KIMVN estrena Trewa. Estado-Nación o el espectro de la traición, una obra que expone la violencia y violación de derechos humanos hacia el Pueblo Mapuche. La propuesta de la compañía fundada por la directora Paula González Seguel y la compositora musical Evelyn González Seguel, en conjunto con el Centro de Estudios Interculturales e Indígena (CIIR), está inspirada en la muerte de la activista medioambiental Macarena Valdés Muñoz; en la historia del joven mapuche Brandon Hernández Huentecol, quien aún vive con más de 80 perdigones en su cuerpo; en el rol de las PACI (Patrullas de Atención a Comunidades Indígenas) “que son carabineros hablantes de mapudungun que se han vinculado de manera pacífica con comunidades, han tomado mate y comido sopaipillas y les ha tocado reprimir a esa misma gente”, y en el archivo oral de ex torturados y torturadas mapuche de la localidad de Tirúa en la dictadura cívico-militar.
Por Paula Huenchumil
Paula González Seguel, actriz y directora de teatro, nació en Santiago, en la comuna de El Bosque. Su abuela, hija de una machi, migró desde el sur muy pequeña. Su bisabuelo mestizo, le prohibió a su bisabuela ser machi. “Mi abuela se enfermó muy pequeña, a los 8 años le dio una tuberculosis a los huesos y pasó casi todo su infancia y adolescencia en un hospital de Santiago”. Su abuela salió a los 17 años a trabajar como asesora del hogar de uno de los médicos del hospital El Salvador y obtuvo su vivienda a partir de una toma de terreno en la población Santa Adriana, ahí nació su mamá y tío.
A los 6 años Paula comenzó a tomar clases de música en un centro cultural que se fundó post dictadura en el año 1990, un espacio que convirtió en un lugar de resistencia, “ahí me comencé a formar con mi hermana, Evelyn (cofundadora de KIMVN teatro). De los 6 a los 20 años estudié música clásica y folclor latinoamericano, siempre con un énfasis en lo político y en lo social. A los 11 años toqué con Intillimani. Teníamos un rigor como si estuviéramos en el conservatorio de la Universidad de Chile”.
Estudió un año en la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso, casa de estudios que recién abría su Escuela de Teatro. “Tuve una experiencia bien paradójica, me puse mi vestimenta mapuche y le dije a mi abuela que me enseñara una canción. La profesora de turno me dijo que era una bruja, que ella no me entendía nada y yo me sentí súper mal porque había estado trabajando con mi abuela”.
¿Qué decía tu abuela sobre ser mapuche?
Mi abuela siempre negó su identidad como mapuche, ella había vivido violencia social y de género, entonces siempre estuvo negando su identidad. En el teatro uno se encuentra con uno, su historia, su identidad, su memoria, su biografía y quizás me sentí discriminada por esta docente. Me salí de esa escuela e inicié de nuevo mi proceso de formación teatral en la Universidad Mayor. Una escuela que partió con Alfredo Castro, luego por Rodrigo Pérez, quienes veían el teatro como una herramienta política. Luego me formé en dirección con Alfredo en el Teatro de la Memoria y siento que han tenido una gran influencia en mi actual trabajo.
¿Cuál fue tu impulso para fundar la compañía de teatro KIMVN?
KIMVN nace el año 2008, cuando estaba en mi último año en la escuela de teatro y en ese momento me había dado cuenta que todos los papeles que me tocaba interpretar, era la nana, la mapuche, la negra. Pensé que no llegaría ningún director a pedirme que fuera parte de su compañía de teatro y dije “algo debo hacer”.
Vi una obra de teatro que se llama “Dale recuerdos”, en la apuesta en escena había 10 abuelos que contaban sus historias de vida, sobre todo en torno a sus vivencias en la dictadura militar, vi como la memoria toma un sentido político en el escenario teatral y en ese momento le dije a mi hermana, ¿hagamos un proyecto con la comunidad?- refiriéndose a la asociación Petu Moguelein Mahuidache de la comuna El Bosque-, yo vivía a unas seis cuadras de ahí y pensaba ¿qué harán aquí? Partimos a la comunidad para invitar a abuelas principalmente. Las invitamos a hacer un taller de teatro, invité también a mi abuela, a dos tías, que sabía que habían vivido violencia, porque la violencia es un tema que cruza la historia de nuestro pueblo, sobre todo a las mujeres Una de mis tías había sido torturada a los 7 años en dictadura militar. Entonces había una herida que nunca se había hablado en la familia. Evelyn es psicóloga además de músico y así fundamos la compañía. Hoy Evelyn es la directora, compositora musical y gestora de la compañía. El resultado de este trabajo fue “ÑI PU TREMEN – Mis Antepasados”[1]
Luego de ello, vino “Territorio descuajado” en Matucana 100, y “Galvarino”, en torno a la historia de un tío mío que fue exiliado en la dictadura militar. Él viajó el 10 de septiembre, al otro día fue el golpe de estado y estuvo exiliado durante 17 años. El año 1993 lo acribillaron en Rusia por causa de discriminación un grupo de neonazis. Después fallecieron abuelos de nuestra compañía. Paramos como dos años de crear, trabajé en otras compañías de teatro y retomamos con Ñuke, cuando levantamos un ruka en el centro de Santiago, invitamos a un grupo de artistas y se mantuvieron otros que ya estaban. Quien nos ha acompañado durante todos estos años es Elsa Quinchaleo.
La obra Ñuke tuvo una gran recepción del público el año pasado en el Museo de la Memoria, ¿cómo construyeron ese proceso?
Después de Galvarino fue todo muy complejo porque se abrió una herida familiar, incluso mi tía en un comienzo agradeció mucho, pero después ya no quería que la obra se siguiera dando, porque no es fácil mirar la propia herida.
Paramos dos años, de repente me escribe el dramaturgo champurria (expresión en mapudungun que connota la idea de mezcla, mixto o mezclado) David Arancibia, quien había estado escribiendo una obra dentro de los talleres del Royal Court respecto una familia que estaba viviendo la represión en Wallmapu. Cuando vi ese texto pensé que podíamos trabajar con la memoria y con nuestra historia. Pero en ese momento dije “me tengo que ir al sur, porque solo he trabajado con mi biografía, con la historia de la población”.
Me fui a Cañete a investigar y ahí pude conocer a Blanca Melín de una comunidad que estaba en reivindicación política y territorial y era la misma historia que David había escrito en la obra, con la diferencia que el abuelo de Blanca también había sido torturado en la dictadura. Me empecé a dar cuenta cómo se repite la violencia hacia nuestro pueblo. Hoy utilizan la Ley Antiterrorista para procesar a nuestros hermanos.
Volvimos a ensayar a la comunidad de Mahuidache y estábamos en un proceso de ensayo y mi asistente de dirección me dice “yo creo que debe ser la ruka la puesta en escena”, lo cual pensé que era muy difícil, porque cuando se levanta una ruka, la ruka queda ahí. Natalia Morales y Danilo Espinoza los diseñadores dijimos “démosle con la ruka” y la instalamos. Fue todo muy potente, llegó mucha gente de comunidades que querían ver la obra y el año pasado también pudimos hacer una gira al sur, estuvimos en Concepción, Villarrica, Cañete, paradójicamente en la comunidad se reían mucho, creo que se veían en los personajes, siendo que la historia de Ñuke es muy terrible y toda la gente termina llorando. Llegó Rubén Collio de público, Ingrid Conejeros, familiares de los Tracal, incluso carabineros de origen mapuche a ver la obra y gente winka. La ruka se transformó en un espacio de encuentro.
¿Cómo nació Trewa?
Después de Ñuke, llegó el Director Ejecutivo del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas a hacerme una propuesta, ya que estaban trabajando hace un tiempo con artistas en el proyecto Diálogos del Reconocimiento. Ahí me contó sobre la investigación de Helene Risor, quien estaba investigando acerca de la labor policial que tiene los carabineros de origen mapuche que son la PACI, Patrullas de Atención a Comunidades Indígenas, uniformados que son hablantes de mapudungun, que se vinculan de manera pacífica con las comunidades, ayudan a las abuelas, no están armados, pero en situaciones de conflicto estos carabineros también son enviados a reprimir. Entonces luego que se han vinculado de manera pacífica, que han tomado mate y comido sopaipillas, les ha tocado que llegan a reprimir a esa misma gente y generalmente son vecinos de la misma comunidad. La entrevisté en varias ocasiones.
Luego conversé con Rubén Collio, cinco meses después que muriera su compañera, Macarena Valdés, quien fue encontrada colgada en las vigas de su casa el 22 de agosto de 2016. (Cabe recordar que este hecho que fue catalogado como un suicidio por carabineros y el Servicio Médico Legal, tesis que su familia no creyó y advirtió que se trataba de un asesinato, generado en el marco de una lucha que estaba llevando a cabo la comunidad contra el proyecto hidroeléctrico de la compañía austríaca RP Global y la empresa chilena de distribución eléctrica Saesa).[2]
Fui también a hacer un registro a un cambio de rewe (tronco escalonado y altar sagrado utilizado en las ceremonias ancestrales mapuche) y en esa misma ceremonia, al día después me encuentro con un carabinero de origen mapuche que trabajaba en Fuerzas Especiales y él accedió a entregarnos parte de su historia, de manera anónima por supuesto. Ahí comencé a darme cuenta cómo está instalada la violencia en el sur desde diferentes ámbitos y empezar a tejer estas historias. También entrevisté a Ada Huentecol y a su hijo Brandon Hernández Huentecol, quienes no tenían ninguna vinculación con la causa mapuche, de hecho eran evangélicos y antes que balearan a Brandon, su madre pensaba que eran los mapuche quienes hacían los incendios y hoy es pro causa mapuche por lo que vivió y su historia también está acá.[3]
¿Utilizas el teatro para denunciar?
Uso el teatro para visibilizar y denunciar, levantamos dispositivos escénicos que sean muy bellos y necesarios para seducir al espectador, para que empatice, porque nuestro pueblo es bello, eso es lo que quiero mostrar también y servirnos del teatro para denunciar.
Tenemos historias de territorios diferentes, pero para dar cuenta cómo la violencia esta instalada en el sur del Chile y cómo están operando las instituciones de manera siniestra. Hay niños que han sido desnudados en el camino, un Brandon que ha sido baleado o los hijos de Rubén y Macarena.
Me he preguntado con Trewa hacia dónde vamos, el año pasado muere Camilo Catrillanca (silencio). El movimiento mapuche se ha rearticulado bastante tanto en las comunidades, y también desde la tercera generación de mapuche nacidos en Santiago, que somos nietos de abuelos que migraron forzosamente. Hoy nos reconocemos como mapuche, estamos vivos, tenemos una historia y cosmovisión que nos fue negada y que estamos recuperando. Creo que hay que observar estas violencias que se cruzan, porque a medida que las miramos podemos detenerlas y el panorama incluso puede ser más negro.

Trewa. Estado – Nación o el espectro de la traición: Del 29 de marzo al 27 de abril Miércoles a sábado: 20.30 horas. Sala 1: Eugenio Dittborn. No cuenta con acceso para silla de ruedas. Duración: 1 hora y 15 min. Edad Recomendada: + 14
[1] Reseña: La obra se sustenta en las vivencias reales de quienes participan en la puesta en escena, arraigadas en Santiago tras un complejo proceso de migración. Son ellas las invitadas a recordar momentos de su niñez, y del arribo a la capital junto las condicionantes que debieron enfrentar, tales como: discriminación, desarraigo, pobreza, violencia y marginalidad. Durante el relato oral –con pasajes en mapuzungun- se develan las tensiones que enfrenta el pueblo mapuche y la discriminación de la que han sido víctimas las mujeres de esa cultura durante la etapa de adaptación al nuevo territorio habitado.
[2] Francisco Velásquez (29-07-2018). Macarena Valdés, una víctima de la defensa ambiental en Chile. diarioUchile. Recuperado de https://radio.uchile.cl/2018/07/29/macarena-valdes-una-victima-de-la-defensa-ambiental-en-chile/
[3] Paula Huenchumil (24-01-2019). La lucha de un joven chileno con más de 80 perdigones en su cuerpo: un caso más de la represión que sufre el pueblo mapuche. Diario Público. Recuperado de https://www.publico.es/internacional/derechos-humanos-lucha-joven-chileno-80-perdigones-cuerpo-caso-represion-sufre-pueblo-mapuche.html