
Paula Correa, autora de “Nace una voz”: “Intento contribuir a la aceptación de la diversidad, reconocimiento y el diálogo”
“Nace una voz” libro lanzado a mediados de este año surgió a partir de la investigación realizada en una tesis de pregrado, donde se analiza la “complicada” relación entre el pueblo mapuche y el estado chileno, teniendo la huelga de hambre como forma de protesta protagonizada por presos mapuche durante el año 2010.
La autora destaca a Natividad Llanquileo, una joven líder mapuche que, como vocera de los huelguistas, despertó el interés sobre la situación que afecta a este pueblo. Es por ello que conversamos con la periodista de la Radio Universidad de Chile, Paula Correa Agurto, quien nos contó por qué este tema, por qué este libro y por qué Natividad…
¿Cuál crees que es la principal aporte del libro “Nace una voz” a la sociedad chilena?
Creo que para la sociedad chilena es importante conocer a cabalidad el proceso de la huelga de hambre de los presos políticos del 2010, que transcurrió mientras las autoridades estaban trabajando por el llamado “Bicentenario de la República”. Mientras se discutía cómo dar un salto al desarrollo, la sociedad chilena en su debate nacional, en la información de la prensa tradicional, omitía las razones por las que el 12 de julio de ese año comenzó uno de los procesos más relevantes del movimiento social mapuche del último tiempo.
Esta huelga contó con el mayor número de ayunantes en simultáneo, sobrepasando los 38 huelguistas y se desarrolló en seis centros penales a lo largo del país. Al inicio los medios y las autoridades nacionales mantuvieron un hermético silencio que, con el paso de los días, se fue quebrando gracias al trabajo colectivo de los comuneros, el apoyo nacional que fue alcanzando la huelga y, sobre todo, la presión internacional que cuestionaba el discurso oficial del país y las celebraciones de los 200 años de patria, evidenciando los problemas no resueltos con los que cargaba nuestra sociedad y la discriminación social, cultural, política y hasta jurídica a la que se veían expuestos los mapuche, que continuaban luchando por la recuperación de los territorios de los que fueron despojados.
“Nace una voz” muestra cómo llega un punto donde es imposible no validar las demandas, como la voz del pueblo mapuche se que expresa con fuerza ese 2010, pero no sólo eso, para una mayor comprensión busca entregar herramientas de análisis sobre cómo las autoridades presentan y ejecutan la política pública dirigida a los pueblos indígenas, la creación de desconfianzas y la tensión de los procesos. En su epílogo muestra como, los años posteriores al ayuno, se va extendiendo la espiral de violencia en la medida que no se da el paso para un diálogo abierto y transparente, un diálogo intercultural necesario y cada día más fundamental.
¿Cuál fue tu motivación como periodista para escribir este libro?
Nace una voz es mi tesis de pre grado. Cuando comencé a trabajar como periodista en Radio Universidad de Chile después de mi práctica profesional, el primer hecho me tocó cubrir en extensión fue la huelga de hambre del 2010. Fue un proceso largo, extenuante y desgastador para los comuneros, pero que, después de mucho trabajo de parte de las organizaciones mapuche y la red de apoyo, logró incidir en el debate nacional.
Desde una mirada periodística es muy interesante observar cómo se mantiene comunicativamente aislada esta realidad durante tanto tiempo y cómo se va rompiendo la barrera hasta estar en boca de la sociedad civil, las ONGs, la Iglesia, los parlamentarios y el gobierno, cómo logra forzar transformaciones sociales como el fin a la aplicación de la Justicia Militar a civiles o el anuncio de modificación a la Ley Antiterrorista y su no aplicación a menores de edad.
Cuando el medio donde trabajaba me ofreció publicar pensé en la necesidad de que un material de recopilación y sistematización de un proceso de tal envergadura no se quedara escondido en la academia, archivado en la biblioteca de la universidad, sino en que pudiera llegar a más personas, sobre todo, a aquellas que más desconocen lo que está ocurriendo con el pueblo mapuche.
Me motivó también intercalar el relato con fragmentos de la historia de una de las voceras: Natividad Llanquileo, entonces vocera de la Cárcel El Manzano de Concepción. Creo que su relato personal permite ver desde un ámbito individual y más cercano una de las formas en las que se expresa el contexto que anima esta gran movilización. Podría haber sido Natividad u otro de los voceros de cualquiera de los centros penales, sin embargo, ella llamó la atención de los medios y generó en mí una serie de reflexiones relacionadas con lo que implica “sacar la voz” tema eje de este libro.
Cuando pienso en que “Nace una Voz”, hablo en varios niveles, desde la transición mediática que vivió la huelga en sí misma y cómo a partir de ella la sociedad chilena comienza a hacerse eco de esa voz y sus demandas, en el proceso personal de una de sus voceras y el de la misma escritora, al decidir dejar el anonimato, para intentar contribuir con algunas líneas a la toma de conciencia, la aceptación de la diversidad, el reconocimiento y el diálogo.